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El reto de ser joven, los sentimientos de inferioridad


Los sentimientos de inferioridad pueden abrumar a una persona joven. Reconocer que a todos nos gusta ser parte de algo… ser popular, y, tal vez a ninguna edad son más intensos estos sentimientos que en la adolescencia, y ninguna otra edad parece ser tan difícil ganar amigos y conservar su respeto. Puede que ansíes ser popular, pero temes no llegar a serlo nunca, y te sientes decepcionado porque Dios te ha hecho como eres. Estos sentimientos de inferioridad aparecen, por lo general, en tres áreas diferentes.


En primer lugar, un chico puede sentirse mal porque para la gente no es atractivo ni tiene un porte atlético, una chica puede sentirse avergonzada porque le falta un diente. La sensibilidad se acentúa cuando los demás se desarrollan más rápido. El muchacho o la chica que no ha dado el estirón común en los primeros años de la adolescencia se pregunta si crecerá alguna vez.


También, durante la adolescencia existe una marcada tendencia a sentir que uno es tonto. Si no has tenido oportunidad de recibir una buena educación, comienzas a preguntarte si llegarás a algo en la vida. Si asistes a la escuela, la competencia se hace más fuerte en secundaria. Tienes miedo de que el profesor te haga pedazos delante de toda la clase. No quieres ser considerado el punto débil en tu grupo de estudio.


Por último, el sentimiento de inferioridad también se presenta como resultado de no tener tanto dinero o pertenencias como otros. Al carecer de estas cosas símbolos de éxito social, es posible que llegues a la conclusión de que no tienes mucho qué aportar.


¿Pero sabes algo?, no tienes por qué caer en la trampa de la inferioridad, ni creer en los sentimientos negativos ni en las acusaciones. Reflexiona en estas sugerencias para ayudarte a reconocer tu verdadero valor.


No estás solo. Observa a otros jóvenes y verás como todos ellos también están luchando con los mismos sentimientos. Hay quienes cubren la impresión negativa que tienen de sí mismos, siendo prepotentes o aparentando ser orgullosos. No eres el único que se siente así.


Cultiva verdaderos amigos, esos amigos que estarán a tu lado en cualquier situación.


Haz una lista de todas las cosas que no te gustan de tí mismo. Busca un amigo, una persona adulta a la que tú respetes, y comparte la lista con él, puede ser difícil, pero vale la pena intentarlo porque puedes ver esa lista de una forma diferente y también puede darte buenos consejos.

Haz una lista de tus puntos fuertes. Luego piensa en qué forma puedes mejorarlos. ¿Eres una buena o buen jugador de ajedrez? ¿Cómo puedes ser mejor? Nadie es bueno en todo, pero todos tenemos puntos fuertes y sentiremos mejor respecto a nosotros mismos si desarrollamos esas áreas.


Aprende a aceptarte tal como eres. Tienes un valor infinito, porque eres una creación especial. Tú eres único en tu clase, Dios no hace copias. Sí, a los ojos de Dios tú eres una joya de valor incalculable.


El reto de ser joven en un mundo que cambia constantemente consiste en que tengas objetivos claros basados en la seguridad de que eres único y de que no caminas solo. El camino de la vida es duro y necesitas ir de la mano de Dios.


Mírate un momento a ti mismo y reflexiona: ¿Cómo puedes estar seguro de ti mismo? Quizás el siguiente sea el consejo más sencillo que se puede dar: ¡Haz algo! Define un norte en tu vida, una meta, un propósito, un objetivo y avanza progresivamente hacia ella. Con el tiempo podrás lograrla, modificarla, o abandonarla para perseguir otra meta mejor.


Y recuerda lo que dice un antiguo proverbio: "Los planes son del hombre; la palabra final la tiene Dios. Al hombre le parece bueno todo lo que hace, pero Dios es quien juzga las intenciones. Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán" (Proverbios 16:1-3).


El primer paso es tomar una decisión... ¡Adelante! Hallarás el éxito al dedicarte al estudio, al ser un buen amigo, al emprender todo trabajo con honradez, y al confiar en Dios, tu Creador. Todo éxito requiere disciplina y perseverancia. ¿Sencillo? No. ¿Costoso? Tal vez. ¿Vale la pena? ¡Por supuesto!


Los grandes héroes de la historia también fueron jóvenes, pero mantuvieron su personalidad en medio de un mundo difícil y complicado; algunos de ellos cambiaron la historia de la humanidad.


Si lo que andas buscando es una verdadera amistad, alguien que te pueda capacitar y guiar en la vida, alguien que se haya arriesgado a vivir una vida sobresaliente, no encontrarás mejor ejemplo que la vida y obra de Jesucristo. Él no sólo nos dejó Su historia, sino también la esperanza de vida eterna. Y, si hemos admirado a los grandes hombres de la historia, ¿no sería importante admirar y confiar en Cristo?



Texto El reto de ser joven / Cristo Para Todas Las Naciones

 

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