Mardoqueo escribió todo esto, y envió cartas a todos los judíos que vivían en todas las provincias del rey Asuero, cercanos y lejanos. Les ordenó celebrar cada año los días catorce y quince del mes de Adar, como los días en que los judíos se libraron de sus enemigos para vivir en paz, y como el mes en que la tristeza se cambió en alegría y el luto en un día feliz. Les ordenó declararlos días de banquete y de alegría, y de compartir cada uno su comida con su vecino, y de ayudar a los pobres... Esta norma regiría sobre todos sus descendientes y allegados, y estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones, familias, provincias y ciudades. Los días de «Purim» no dejarían de ser observados por los judíos, ni sus descendientes dejarían jamás de celebrarlos
(Ester 9:20-22, 27b-28).
Mardoqueo y Ester crearon el festival de Purim para celebrar cómo Amán y otros enemigos fueron derrotados. Tú y yo tenemos motivos para celebrar y hacer fiesta. Dios venció a nuestros enemigos espirituales: el pecado, la muerte y el diablo. Nos rescató enviando a su Hijo.
La tristeza se ha transformado en alegría. "Pues no tengo dudas de que las aflicciones del tiempo presente en nada se comparan con la gloria venidera que habrá de revelarse en nosotros" (Romanos 8:18). ¡Hagamos una fiesta! No solamente en Navidad, Pascua y Pentecostés, sino cada día.
Padre, hacemos fiesta porque por Cristo nos libraste de nuestros enemigos para vivir en paz. Nuestra tristeza se cambió en alegría y el luto en un día feliz. En fe declaramos días de banquete y de alegría, y de compartir nuestra comida con nuestros vecinos, y de ayudar a los pobres. Que nuestros descendientes y allegados se unan a nuestra celebración y que tu victoria en la cruz sea recordada y celebrada por todas las generaciones, familias, provincias y ciudades. Hacemos fiesta aquí en la tierra y la continuaremos contigo en el cielo por la eternidad. Amén.
Para reflexionar:
* ¿De qué formas crees que celebraron los judíos esa gran victoria?
* ¿Cuándo fue la última vez que celebraste la obra de Dios en tu vida?
Autor: Diaconisa Noemí Guerra
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