(Jesús dijo) - "Pero una sola cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará". Lucas 10:42
En la historia de María y Marta, nos preguntamos por qué Jesús reprendió a Marta, quien solamente quería mostrar hospitalidad. Marta había recibido a Jesús y sus discípulos en su casa y estaba ocupada con todos los detalles que los invitados necesitaban. Al mismo tiempo María, su hermana, se sentó a los pies de Jesús escuchando atentamente sus enseñanzas.
Esto no le cayó bien a Marta. ¡Había demasiado trabajo por hacer! Marta se preguntó por qué a Jesús no le molestaba que María no le estuviera echando una mano en la casa y le dijo: "«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje trabajar sola? ¡Dile que me ayude!»" (Lucas 10: 40b).
En lugar de estar de acuerdo con Marta y amonestar a María, Jesús elogió a María y dijo: "Pero una sola cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará".
¡Cuán reveladora es esta respuesta de Jesús, sobre un asunto tan práctico y cotidiano!
Marta no aprovechó la oportunidad para nutrir su alma escuchando las palabras de Jesús cuando estaba con ella. Estaba ocupada con la rutina diaria de su mundo físico. No se dio cuenta de que Jesús entró en su casa para enseñar la Palabra de Dios, que es lo único que puede refrescar y salvar el alma. "Jesús le respondió: «Marta, Marta, estás preocupada y aturdida con muchas cosas" (Lucas 10: 41b). Marta estaba atenta a los detalles pero, desafortunadamente, se perdió el panorama general: las palabras de vida que Jesús estaba diciendo son las únicas que pueden nutrir el alma.
¿Con qué frecuencia hacemos nosotros lo mismo? ¿Cuántas veces nuestra atención está puesta en todo menos en lo necesario: sentarnos a los pies del Señor y escucharlo hablar las palabras de vida? Jesús fue a la casa de Marta, tal como viene a cada uno de nosotros, para compartir las Buenas Nuevas de salvación de Dios con quienes lo escuchen. La redención de nuestros pecados ofrecida por Dios a través de Jesucristo exige toda nuestra atención, y eso es lo que hizo María.
Cuando nos toca elegir prioridades, lo mejor es que siempre nos encontremos sentados con María aferrándonos a cada palabra de Jesús.
ORACIÓN: Señor Jesús, ayúdame a anhelar siempre sentarme a tus pies y escuchar tus palabras de vida. En tu nombre oro. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Alguna vez te has distraído en momentos importantes de tu vida?
* ¿De qué formas podemos ser más como María y menos como Marta en lo que respecta a las cosas espirituales?
Basado en un mensaje de un voluntario que trabaja con LHM en el sudeste asiático.
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